Según un estudio de la revista “Forbes”, en uno de sus últimos rankings, los ingresos anuales de María Saharapova ascienden a 18.2 millones de dólares, que en su versión masculina contrastan con las ganancias del golfista Tiger Woods, con 87 millones de dólares al año.
Sharapova se colocó en el número uno de la clasificación de tenis femenino en agosto de 2005, sucediendo a la estadounidense Lindsay Davenport, que desde que alcanzase por primera vez el liderato el 12 de octubre del ’98 se había mantenido en el primer puesto. Actualmente, ostenta el número tres en la escala mundial, con 13 títulos en su palmarés y entre los que destaca el Wimbledon logrado en 2004.
La historia de Sharapova se puede calificar de “cuento de hadas”, ya que fue en 1994 cuando su padre y principal apoyo, Yuri Sharapov, compró dos billetes de avión rumbo a Estados Unidos para llevar a su hija María, de siete años, en busca de fortuna. Los 700 dólares que portaba el ruso en el bolsillo se han multiplicado considerablemente merced al tesón y ambición de su hija.
En noviembre de 2003, la tenista firmó un contrato con IMG Models, agencia de modelos de prestigio, con el objetivo de explotar su belleza siberiana. A partir de ahí, ha realizado numerosos desfiles de moda y ha suscrito millonarios contratos publicitarios con marcas como Nike, Canon, Colgate-Palmolive y Motorola. Eso sí, afirma dedicar tan sólo tres días para sus patrocinadores. No quiere que esos negocios le resten horas de entrenamiento.
“Mi objetivo principal es estar sana y cuando acabe mi carrera deportiva me dedicaré al mundo de la moda”. Así de claro vislumbra su futuro Sharapova, que con nueve años ya había conseguido sus primeros contratos publicitarios con Prince, popular marca de raquetas de tenis, y la compañía japonesa Nike. No en vano, la tenista es un auténtico ídolo en Japón, país en el que ha desfilado como modelo, ganó el último Torneo de Tokio e, incluso, circula un sello con su rostro.
Para disfrutar, uno de los comerciales que nos deja la alianza Sharapova-Canon
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