La imagen de portada de un jugador de tenis exitoso es efectivamente la de un ganador. Pero la imagen de ganador de un tenista no es precisamente un estilo de vida lleno de éxitos y lujos, sino una construcción mediática y distante de la realidad, el alcanzar el éxito requiere de un camino arduo plagado de dificultades y contratiempos. Sólo los más fuertes y perseverantes logran llegar. La mayoría de las veces las ayudas económicas para solventar una carrera profesional no llegan a tiempo. En los mejores casos, jugadores juniors con destacadas actuaciones se sitúan en la vidriera de spónsor y patrocinadores que solucionan gran parte de los problemas de ésta etapa. Pero existen jugadores llenos de talento y perseverancia, que por realizar procesos de maduración distintos o mal asesorados, no tienen su "explosión" y pueden verse frustrados o en dificultades económicas.
Un error común en entornos no especializados es pensar que un jugador juniors en carrera, que no obtiene resultados contundentes, debería optar por otros caminos dejando a un lado sus metas. De hecho, muchos de los jugadores que ingresan al Top 100 no tuvieron un paso firme por el circuito juniors. Lo que está claro, es que sin talento ni una sólida preparación física y mental, no existe una carrera posible. La perseverancia y voluntad son esenciales en cualquier jugador y los ingredientes que sumados al talento harán del tenis un posible modo de vida. Pero muchas veces, la maduración y explosión del jugador se retarda más de lo deseado, por distintos factores.
El cambio o transición al circuito profesional suele resultar una etapa clave: muchas veces, el no estar preparado para una vida de viajes, sacrificios y carencias en cuanto a disponibilidades de lugares de entrenamiento adecuado o comodidades distintas a la que cualquier jugador de tenis puede imaginar, pueden resultar frustrantes.
Las primeras experiencias en ATP deben ser planificadas por expertos, bajo el consejo de ex profesionales o profesionales del tenis que permitan diagramar un circuito optimizando las variables a favor y en contra: por ejemplo, elegir torneos en donde las clasificaciones no sean muy duras, en destinos no tan tradicionales.
Un buen consejo es no imponerse metas drásticas o excesivas, sobre todo en las primeras experiencias como profesional: debe tomarse como un año de adaptación y no como una búsqueda de resultados inmediatos. La transición es una época de cambios y de sacrificios extremos, un período de adaptación.
Lo importante es que el jugador, entienda el tenis como una verdadera carrera, y esté dispuesto a hacer sacrificios, emprender el entrenamiento con profesionalismo, planificación, y mucha dedicación. Los jugadores profesionales nacen del talento, pero también de la tenacidad y las convicciones de que hacerlo, es posible.
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