
Federer recibió su trofeo de blanco impoluto luego de una final para el infarto. El blanco es un emblema ya clásico de Wimbledon, y el torneo parece consolidarse en la cima del glamour de la temporada. Por las pistas del torneo se vieron pasar pantalones largos y sacos, raquetas con detalles en oro, accesorios de lujo, diseños exclusivos y especiales para la ocasión. Federer entró al torneo con pantalón largo blanco y un saco beige elaborado por Nike, el mismo con el que en la final recibió su quinto trofeo consecutivo.
El traje, tiene sus propios protocolos: está decorado con cuatro raquetas, el mismo número de torneos ganados en Wimbledon además de sus iniciales en dorado y un escudo suizo. Por supuesto que detrás del glamour, hay una muy bien diseñada campaña de marketing. Lo que estuvo fuera de de todo diseño y previsión fueron las lágrimas de Federer, y su emoción final.
Roger Federer gana cinco veces consecutivas el torneo, iguala el récord de Borg, y sigue emocionándose como si fuera la primera vez. Las últimas finales con Nadal, no pueden dejar una mejor imagen para el circuito: son cada vez más impredecibles y deslumbrantes. Dos fuera de serie que hacen historia en cada enfrentamiento. Federer lo dijo luego de recibir el trofeo: el título también lo merecía Nadal. Pero eso será otra historia que nos contarán el próximo año.
Imagen terra
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